Escena 1...

Estuve tirado en mi cama, recordando aquella vez que miraste mi rostro pecaminosamente y me dijiste ¨qué eso que tienes ahí detrás?¨ y sin esperar respuesta te lanzaste decidida a aquel lunar, tentativo, vulnerable, llamativo, bien ubicado, fuerte, pero débil a tus encantos. Que mas remedio que ponerlo a tu orden, ya era todo tuyo, sin haberlo pedido, te adueñaste de una parte de mí, que ahora implora que vuelvas a seducirla, a retratarla con tu pensativa mirada, que oculta detrás de ella un sin número de acciones y efectos secundarios inimaginables y que guarda en su memoria la sensación de tocar sin manos aquel rincón de mi ser, inexplorado hacía ya tanto tiempo, que las telas de araña eran dueñas del lugar.

Yo, habilidoso al fin, y decidido gracias tu ayuda, te miré angelicalmente :) y te pregunté que si yo me podia adueñar de tu lunar preferido... lo pensaste... y el tiempo malgastaste, porque yo, sin pensarlo, también me precipité sobre el precioso lunar que manchaba tu blanca piel en lugar inapropiado para mi, o no?? esa respuesta la decidirá la reacción de tu rostro cada vez que intente acercarme a él...

Ambos, deseosos, locos por que la tentación fuera solo un deslíz sin consecuencias, decidimos armarnos de valor y dejar la escena para otra ocasión, más apropiada quizás, pero para las cosas prohibidas nunca habrá lugar en el tiempo... debemos deterner el tiempo en el lugar, y hacerlo nuestro, aprovecharlo hasta la saciedad...